Clark Carrados

La banda del trébol rojo

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans. Su carrera se inició a mediados de los años cincuenta, en plena época de esplendor de la literatura popular. Como funcionario de prisiones, durante algún tiempo compaginó su trabajo con la creación literaria, hasta que en 1962, y en vista del gran éxito cosechado entre los lectores, solicitó y obtuvo la excedencia para dedicarse por completo a la escritura. Aunque publicó en varias editoriales, fue durante largos años el autor estrella de la barcelonesa Editorial Toray, para la que escribió novelas de guerra y, sobre todo, de ciencia ficción.

Clark Carrados

La bella y la muerte

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans. Su carrera se inició a mediados de los años cincuenta, en plena época de esplendor de la literatura popular. Como funcionario de prisiones, durante algún tiempo compaginó su trabajo con la creación literaria, hasta que en 1962, y en vista del gran éxito cosechado entre los lectores, solicitó y obtuvo la excedencia para dedicarse por completo a la escritura. Aunque publicó en varias editoriales, fue durante largos años el autor estrella de la barcelonesa Editorial Toray, para la que escribió novelas de guerra y, sobre todo, de ciencia ficción.

Clark Carrados

La blanca mano de la muerta

Fue un suceso realmente horrible, espantoso. Yo presencié los últimos instantes de la vida de Clara Perkins y sólo te deseo que no te encuentres algún día en un trance como aquél. Pero lo curioso del caso es que el informe del forense dijo que la señora Perkins había muerto estrangulada por alguien que sólo empleó la mano derecha.Y yo vi esa mano. ¿O fue una ilusión de mis sentidos? Una mano blanca, cadavérica, en uno de cuyos dedos había un enorme anillo adornado con un ópalo de fuego… Es más, juraría que la mano estaba recién amputada, sangrando por la parte de la muñeca; pero, repito, la visión fue tan rápida que aún no estoy seguro de lo que vi. Lo curioso del caso es que Clara Perkins, riquísima, dueña de una fortuna colosal, con numerosas joyas de valor en su habitación, no fue muerta por codicia, quiero decir que el asesino no tenía intención de robar, puesto que no faltó un solo alfiler de su equipaje…

Clark Carrados

La bola negra

El hombre estaba sentado en el borde de un pequeño acantilado, que caía sobre el mar desde una altura de cuatro o cinco metros. Las olas rompían mansamente contra las rocas, despidiendo espumas que olían a sal y a yodo. A lo lejos, el sol era una inmensa bola roja que corría rápidamente hacia su ocultación. Abstraído en sus pensamientos, el hombre, más bien un muchacho, ya que pasaba muy poco de los veinte años, arrojaba piedrecitas contra el mar, mientras una indefinible sonrisa, en la que se mezclaban diversos sentimientos —satisfacción, alegría, placer de haber realizado un duro trabajo—, flotaba en sus labios. Un objeto negro, triangular, surcó velozmente las aguas a Una docena de metros de la costa. En aquel lugar, el océano estaba relativamente tranquilo y había ocasiones en que su superficie parecía un espejo, que devolvía duplicada la imagen del astro rey en su ocaso. El muchacho cogió una piedra y la arrojó hacia el escualo, no acertándole por pocos centímetros. Indiferente, el tiburón, continuó evolucionando por aquellos parajes en busca de una presa fresca para su insaciable apetito.

Clark Carrados

La Bruja de la Colina Roja

La sierra continuaba su lento descenso, a la vez que giraba a miles de revoluciones por minuto. Con los pelos literalmente de punta, se dio cuenta de que su cuerpo iba a ser cortado por la mitad.—No, no… —balbució—. Déjeme libre… Usted… Charlotte no tenía ningún pariente…—Te equivocas. Tenía un familiar. ¿Quieres saber quién era?De pronto, se arrancó la piel de la cara.Vio una descarnada calavera. En un instante, comprendió el sentido de las palabras de aquella mujer.—Tú eres…—Sí, la Muerte —confirmó ella.Y un instante después, los dientes de la sierra mordieron su cuerpo.

Clark Carrados

La cabeza del caballo

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans.

Clark Carrados

La cabeza del Diablo

«Casi de repente, entrevió unas luces delante del automóvil.Presintió que había llegado a su destino. Instantes después, el coche se detenía ante una portalada, alumbrada por dos grandes faroles, suspendidos de sendos brazos de hierro artísticamente forjado.La lluvia seguía cayendo a raudales.De repente, una serie de relámpagos iluminaron la noche con sus lívidos resplandores.Los relámpagos disiparon la oscuridad. En unas brevísimas fracciones de segundo, Gratbans pudo divisar una forma monstruosa, de proporciones apocalípticas, una especie de gigante de increíbles dimensiones, suspendido sobre el castillo, oscuro, amenazador, como dispuesto a arrojarse en cualquier momento sobre la estructura de piedra, para devorarla en cuatro bocados con sus fauces de Gargantúa».

Franco Cuomo

Gunter de Amalfi. Caballero templario

'Veintidós caballeros templarios cabalgan silenciosos, como volando sobre las arenas de la Alemaida, en el novilunio de septiembre. Dejando atrás las seguras murallas del templo, parten de Tierra Santa guiados por Gunter de Amalfi y marchan hacia el corazón de Francia.Su misión incierta y misteriosa les enfrentará con sarracenos y piratas, con las intrigas del emperador Federico y del propio Papa, con el orgullo de los caballeros teutónicos y con la tragedia de los cátaros. Ritos iniciáticos, cortes de amor, conjuras, herejías, enigmas históricos sin resolver se mezclan en esta primera gran novela contemporánea sobre los misterios de la caballería esotérica medieval.' Franco Cuomo es periodista, escritor y un dramaturgo italiano de éxito. Ha sido galardonado con numerosos premios en su país y fue finalista del importante premio Strega.Sus obras teatrales están inspiradas en personajes históricos de inquietante ambigüedad, como Glacomo Casanova, Nerón, Juana de Arco y Gules de Rais.

Clark Carrados

La careta

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans. Su carrera se inició a mediados de los años cincuenta, en plena época de esplendor de la literatura popular. Como funcionario de prisiones, durante algún tiempo compaginó su trabajo con la creación literaria, hasta que en 1962, y en vista del gran éxito cosechado entre los lectores, solicitó y obtuvo la excedencia para dedicarse por completo a la escritura. Aunque publicó en varias editoriales, fue durante largos años el autor estrella de la barcelonesa Editorial Toray, para la que escribió novelas de guerra y, sobre todo, de ciencia ficción.

Clark Carrados

La casa de los mil ojos

La chica estaba en una situación difícil, apreció Irving Mott casi ala primera ojeada. Había oído un grito sofocado al pasar por delante de aqueloscuro callejón, seguido de una obscena serie de palabrotas, proferidas a mediavoz, y ello había llamado inevitablemente su atención, obligándole a detenersea poca distancia del lugar de los hechos. El hombre la mantenía sujeta contra la pared, pero no con una mano,sino con la punta de una navaja, que había apoyado en su esbelta garganta. Conla otra mano, se recreaba en ir rompiendo poco a poco la parte superior de suvestido. Mott no podía captar muchos detalles, salvo que la chica parecía altay bien formada, de pelo rubio y suelto, y el asaltante era algo más bajo yvestía desastradamente. La indumentaria del sujeto podía deberse tanto anegligencia personal como a falta de numerario.

Clark Carrados

La chica de la playa

LA chica corría desaladamente por la playa. Soplaba una brisa marina de regular intensidad, lo que, unido a su propia carrera, hacía que sus largos cabellos oscuros ondeasen al viento como una extraña bandera. La playa tenía poca anchura, pero, en cambio, era muy larga, casi hasta perderse de vista a ambos lados. Su forma era de media luna, muy suave, poco pronunciada, y tenía la arena fina y muy compacta.

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La chica de las manos de plata

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans.

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La chica de otro mundo

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans. Su carrera se inició a mediados de los años cincuenta, en plena época de esplendor de la literatura popular. Como funcionario de prisiones, durante algún tiempo compaginó su trabajo con la creación literaria, hasta que en 1962, y en vista del gran éxito cosechado entre los lectores, solicitó y obtuvo la excedencia para dedicarse por completo a la escritura. Aunque publicó en varias editoriales, fue durante largos años el autor estrella de la barcelonesa Editorial Toray, para la que escribió novelas de guerra y, sobre todo, de ciencia ficción.

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La chica del calendario

La chica del calendario era para mí una obsesión. El calendario estaba situado en la pared frontera a mi mesa de despacho y cuando no tenía que hacer, que solía ser las más de las veces, me pasaba las horas muertas contemplándolo. Por supuesto, tenía mucho que contemplar. Merecía la pena perder, no una hora, sino diez diarias en mirar el calendario. Era muy sencillo y sin estridencias. La chica estaba retratada en una postura indolente, más no excitante en modo alguno, como si el fotógrafo la hubiera sorprendido en un momento de reflexión a solas. Además, estaba vestida de pies a cabeza.

Clark Carrados

La chica que murió tres veces

La víctima se hallaba sentada en un sillón, de espaldas a la puerta. Era una muchacha rubia, muy bonita y de formas agraciadas, y observaba una actitud apacible, como si estuviese esperando a alguien, sin demasiadas prisas o escuchando con deleite algún concierto por la radio. El sillón estaba situado casi en el centro de la estancia, aunque lo suficientemente cerca de un ventanal, para que la muchacha pudiera ser vista desde los pisos del edificio de enfrente, separados por una distancia de unos veinticinco o treinta metros. Acababa de anochecer y la luz estaba encendida, por lo que podía verse con toda facilidad lo que sucedía en la estancia.La puerta se abrió sigilosamente. Un hombre entró. Tenía los hombros encorvados, cojeaba de una manera pronunciada y se apoyaba en un bastón para caminar. Pese a todo, el detalle más significativo de su aspecto era el mostacho y la perilla estilo mosquetero, de pronunciado color negro, que adornaban su rostro.

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La ciudad de abajo

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans.

Clark Carrados

La dama de los 500 años

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans. Su carrera se inició a mediados de los años cincuenta, en plena época de esplendor de la literatura popular. Como funcionario de prisiones, durante algún tiempo compaginó su trabajo con la creación literaria, hasta que en 1962, y en vista del gran éxito cosechado entre los lectores, solicitó y obtuvo la excedencia para dedicarse por completo a la escritura. Aunque publicó en varias editoriales, fue durante largos años el autor estrella de la barcelonesa Editorial Toray, para la que escribió novelas de guerra y, sobre todo, de ciencia ficción.

Clark Carrados

La dama de los cien cuchillos

—¿Por qué tuvieron que matarla?—El castillo y las tierras no caben en una maleta.Se quedó perplejo ante aquella sibilina respuesta.—¿Qué quiere decir? -preguntó.Los penetrantes ojos del anciano se clavaron en su rostro.—Hay en el castillo una joya de enorme valor, lo que pasa es que nadie sabe dónde está. Bueno, el conde sí lo sabía y, presumiblemente, también su hija. Y, para mí, eso es lo que están buscando.—¿Una joya? -se asombró el joven.—Sí, la corona de una Virgen. No sé de dónde es, pero la trajo el conde cuando acabó la guerra. ¿Sabe?, era de ellos, de los nazis, usted me comprende, y aunque no le hicieron nada, no fue precisamente de los que quedaron pobres. Cuando pasó la marea, vendió algunas joyas y mejoró las tierras. Pero la mejor de todas está allí, en el castillo.

Clark Carrados

La danza de las arañas

Johnny escorzó la cabeza y miró hacia arriba. Un espantosoterror se apoderó de su ánimo en el acto. La araña bajaba hacia él sin prisas, segura de su presa.Johnny empezó a gritar y a pedir socorro. Su brazo izquierdo estaba todavía libre. En uno de losbolsillos tenía un pequeño cortaplumas. Podría cortar alguno de los hilos... Pero la monstruosa araña seguía acercándose. Johnny buscó aEthel con la mirada.

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La diligencia del diablo

Luis García Lecha (Haro, La Rioja, 11 de junio de 1919 - Barcelona, 14 de mayo de 2005), fue un novelista y guionista de cómic español. Funcionario en excedencia, fue uno de los más fecundos escritores de literatura popular o de kiosco española (bolsilibros). Compuso dos mil tres novelas largas de gran variedad de géneros, casi seiscientas de ellas de ciencia ficción, para editoriales especializadas en este tipo de literatura, fundamentalmente de Barcelona, donde estuvo viviendo, como Toray, Bruguera, Ediciones B, Editorial Andina y Ediciones Ceres. Cultivó también el western, el género bélico, el policíaco y el de terror y usó los seudónimos de Clark Carrados, Louis G. Milk, Glenn Parrish, Casey Mendoza, Konrat von Kasella y Elmer Evans.

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