EXAGERE SUS TALENTOS
Todo el mundo exagera sus talentos. No hay ningún truco en eso. Sólo hay que llevarlo hasta el siguiente nivel: la más completa fantasía. No es suficiente con decir que rindió bien en las tareas que se le asignaron; además, tiene que procurarse el crédito de cualquier otra cosa positiva que haya ocurrido en la compañía y, si fuera posible, en la tierra.


Hable en voz alta y actúe irracionalmente. Los compañeros y hasta los jefes cederán ante usted si utiliza este método de un modo consistente. La consistencia, en efecto, es la clave. Envíe una clara señal de que no se dejará conmover por la razón y de que no dejará de ser ruidoso y obstinado hasta salirse con la suya. Este método es bastante efectivo porque resulta que la ley impide a la gente que lo asesine, y no existe ninguna otra forma práctica de detenerle.
Al principio, su víctima quizá trate de cansarlo limitándose a esperar que acabe, convencida de que al final se marchará. Es aquí donde fallan la mayoría de aspirantes a Maquiavelo que pretenden utilizar la intimidación a gritos: abandonan el método demasiado pronto. Tiene usted que ser persistente, bordeando incluso la locura. No abandone nunca.
Una vez que se haya salido con la suya, conviértase instantáneamente en la persona más dulce que haya visto jamás su víctima. Cómprele dulces. Llame al jefe de la víctima y dedíquele grandes elogios. Cante alabanzas de loa sobre la víctima cuando haya otras personas cerca. Eso ampliará el vacío entre la experiencia que tiene la gente al satisfacer los deseos que usted expone, y la experiencia que sufre cuando no los satisface.
Este método es de lo más efectivo cuando se utiliza con gente que fue educada en familias disfuncionales. Afortunadamente, eso abarca prácticamente a todo el mundo. Esas personas empezarán a creer que es usted su mejor amigo personal. A partir de ese momento, podrá maltratarlas todavía más.

