MARKETING ILUSTRADO


Payasadas de marketing
Informadas por correo electrónico
De: (nombre omitido para proteger a los inocentes)
A: scottadams@aol.com
Scott:
Aquí tienes una idea de nuestro departamento de marketing que te dejará boquiabierto y tal vez puedas utilizarla.
Fabricamos [tipo de máquina]. Una nueva versión de nuestro producto es más barata y más rápida. Supone un gran avance, ¿verdad?
Pues bien, marketing desea que ingeniería haga más lenta la unidad para que puedan disponer de una unidad de bajo coste. Luego venderán actualizaciones hasta alcanzar la plena velocidad, a un precio enorme. Serían físicamente idénticas, sólo que una tendría el código modificado a propósito para hacerla más lenta.
De: (nombre omitido para proteger a los inocentes)
A: scottadams@aol.com
Scott:
Le hemos pedido a la división de marketing que nos indique algunas cifras para saber qué cantidad de cada producto desean vender. Su contestación ha sido: necesitamos «X» número de dólares. Calculen ustedes mismos cuántas unidades de cada producto necesitan producir para alcanzar esa cifra. Nuestra conclusión: marketing no tiene ni idea de cómo hacer su trabajo. Marketing no desea hacer su trabajo: marketing y las actividades vitales de la empresa (como la previsión) no son más que productos de nuestra imaginación.
De: (nombre omitido para proteger a los inocentes)
A: scottadams@aol.com
Scott:
Antes de incorporarme a [empresa] hace más de dos años, habían terminado su producto de nivel básico. Cuando estaban a punto de hacer un par de ventas, los de marketing decidieron divulgar algunos de los detalles del «sistema de siguiente generación» a los clientes potenciales. Las perspectivas gustaron tanto a todos que esperaron a que saliera la nueva versión. Los clientes potenciales de [compañía] buscan un sistema que se pueda instalar y dure por lo menos veinticinco años, así que no se van a precipitar a comprar.
Tres años más tarde, el sistema de «siguiente generación» ya está casi terminado. Los clientes han quedado impresionados por las unidades de demostración, pero expresan algunas reservas.
«No hay que preocuparse» -dicen los de marketing- «dentro de dos años tendremos terminado un "sistema de alto rendimiento" que solucionará todas sus preocupaciones».
Una vez más, los clientes han decidido esperar. Mientras tanto, la empresa se ha quedado sin dinero y el tan anunciado «sistema de alto rendimiento» está aún en las fases iniciales de su planificación. Se ha tenido que despedir a la mayor parte de la gente de producción, aunque se ha mantenido a la mayoría de directores, y todo el personal de marketing sigue empleado. Es posible que el sistema final no llegue a convertirse nunca en una realidad.