PAUTAS DE ENTRENAMIENTO
COMO te he recomendado anteriormente, tus sesiones de entrenamiento deberían ser de un mínimo de cuarenta minutos de duración. Este no es un asunto caprichoso; como ya he dicho también, con treinta minutos de entrenamiento te vas a sentir bien, pero no vas a experimentar mejoras. Sin embargo, si aumentas esos diez minutos demás e incluso si superas ese umbral de tiempo, tu entrenamiento será más eficiente, ya que tu organismo experimentará una depreciación de glucógeno además de empezar a trabajar otra vías energéticas.
Es mucho más eficiente realizar tres sesiones a la semana de cuarenta minutos que cinco sesiones de media hora. Aunque serían saludables, no te ayudarían a mejorar tu estado de forma.
Una vez alcanzado este objetivo a base de paciencia, constancia y esfuerzo, puedes incorporar un día de gimnasio en el que trabajarás con máquinas toda tu musculatura: brazos, piernas, abdominales y lumbares.
La combinación de las tres sesiones de cuarenta minutos de carrera con el trabajo que realices en el gimnasio te aportará la puesta a punto que necesitas para seguir avanzando en pos de tu objetivo. Lo más coherente sería que dos de las sesiones que dedicas al running sean sesiones de rodaje, y en una tercera sesión intentes mejorar.
Siempre que aumentes la intensidad de tus entrenamientos estarás realizando un esfuerzo mayor al que acostumbras y, por tanto, estarás mejorando sin darte cuenta. Puedes hacerlo de distintas maneras. En mi opinión, lo más sensato es que aumentes el ritmo en los últimos minutos o en los últimos kilómetros. Si pretendes incrementar el ritmo de golpe y mantenerlo durante todo el entrenamiento, lo único que lograrías sería terminar desfondado.
Un ejemplo de entrenamiento podría ser el siguiente: tu primera sesión semanal termínala con cinco minutos a gran intensidad en los que castigues a tu cuerpo un poco. Realiza tu segunda sesión a un ritmo suave y en la tercera sesión entrena con mayor intensidad.
De esta forma tus procesos recuperatorios se verían reducidos y tu metabolismo no estaría tan afectado como en las primeras sesiones. Esto es interesante porque el proceso de recuperación requeriría más aporte calórico, con lo que podría ayudarte, incluso, a perder peso si así lo deseas.
Por tanto, y resumiendo, no necesitas un plan de entrenamiento en un primer momento porque tu objetivo se ha de centrar en alcanzar paulatinamente un estado de forma óptimo: de no entrenar nada hasta llegar a sesiones de cuarenta minutos de carrera.
Una vez conseguido, puedes añadir una sesión de gimnasio a la semana y luego aumentar la intensidad de tu entrenamiento: dos sesiones de rodaje y una tercera más intensa en la que trataríamos de ir poco a poco progresando.