CÓMO HIDRATARSE DURANTE LA COMPETICIÓN
COMO vimos en el capítulo anterior, tus aspiraciones en carrera pueden irse al traste por culpa de no llevar una hidratación adecuada. Debes estar bien hidratado desde antes del comienzo de la prueba.
Durante los primeros minutos debes beber agua en pequeños sorbos, sobrehidratarse es tan perjudicial como no hacerlo. Cuando lleves entre cuarenta y cincuenta minutos de carrera intenta que la ingesta de líquido supere los doscientos mililitros, por lo que debes procurar hacerte con un vaso entero en las zonas de avituallamiento.
Como he dicho, un sencillo truco para mejorar tu hidratación consiste en ir alternando un vaso de agua con un vaso de bebida isotónica.
Ya sabes que la ingesta de geles es un aporte muy interesante que te ayudará a recuperar el glucógeno hepático y muscular. Dependiendo del metabolismo de cada uno, puede agotarse en media hora o en una hora. El glucógeno hepático y muscular procede de las grasas de tu propio cuerpo. Tu organismo debería estar ya acostumbrado a estimular esta vía energética, por lo que no se va agotar con tanta premura.
El maratón es una prueba que la gran mayoría de la gente hace en entre tres y cuatro horas. Es frecuente que en alguna ocasión te sientas desfondado, rendido, y surja delante de ti lo que se llama «el muro», esa sensación que te imposibilita dar ni un solo paso más.
Los geles pueden suplir esa falta de energía, aportan maltodextrinas que van directamente a la sangre y que te dan una ayuda que, aunque efímera, resulta providencial para superar ese momento de crisis.
Pero no todos los momentos de la carrera son idóneos para utilizarlos. Sería conveniente que hasta el kilómetro veinte o veinticinco no usases tu primera dosis, y a partir de ahí no debes abusar de ellos. Es necesario que los espacies, porque si tomas muchos seguidos puedes provocarte serios problemas estomacales. Además, la mezcla con los carbohidratos puede provocar que aumente tu nivel de glucagón en el cuerpo y disminuya el de insulina.