CLAVES DE UNA BUENA ALIMENTACIÓN

TRADICIONALMENTE en nuestra dieta hay lugar para tres comidas; sin embargo, las nuevas tendencias dietéticas recomiendan cuatro o cinco comidas diarias. Este nuevo paradigma, del que ya te hablé al principio de este libro, correspondería a las tres comidas principales y tradicionales y la suma de una o dos comidas a deshora.

El modelo tradicional lleva consigo un espaciamiento importante entre las tres comidas que hace que llegado el momento de comer o cenar el cuerpo requiera de una gran cantidad de alimento que se suele ingerir con voracidad. Incluyendo estas dos comidas en el hábito, tu cuerpo gana en dos aspectos: por un lado sacia el apetito, no hay sensación de hambre y se evita ese ansia de comer a la hora de sentarnos a la mesa, y por otro, al mismo tiempo que el estómago hace la digestión, el cuerpo quema la energía que nos está aportando.

La palabra que va a definir tu dieta a partir de ahora va a ser variable. Tu dieta será variable porque vas a comer de todo siempre que sea saludable, pero no olvides que ningún alimento es bueno si se abusa de él.

—El desayuno debe ser fuerte y variado. Incluye en él las frutas, los cereales y los lácteos, y huye de apetitosos bollos cargados de grasas saturadas.

—En la comida evita del exceso de frituras y salsas. Cualquier alimento que tenga una gran carga proteica, de carbohidratos y de lípidos es una buena elección.

—Las cenas deben ser ligeras. Es el momento ideal para la ingesta de ensaladas y verduras.

Los días en que voy a realizar un entrenamiento exigente, añado a mi desayuno unos huevos revueltos a los que previamente les he quitado la yema. Solo me como las claras porque son ricas en proteínas y aminoácidos. Las yemas, por el contrario, llevan una carga alta de grasas.

Aunque debes cumplir tu nueva dieta con rigor, cuando realices un buen entrenamiento en el que te has exigido y has cumplido puedes darte un capricho a modo de refuerzo. No debes hacerlo todos los días, porque entonces el premio perdería su valor motivacional.

En mi opinión, la inmensa mayoría de las llamadas dietas milagro no funcionan. Hacen perder una serie de kilos durante un tiempo, pero en cuanto abandonas esos hábitos recuperas el peso perdido a gran velocidad. La única dieta que funciona es comer sano y combinar esa alimentación saludable con la práctica regular de un deporte.

El gasto calórico basal de una persona que lleva una vida sedentaria es de alrededor de mil kilocalorías diarias. Es una cantidad mucho menor de lo que solemos ingerir. Yo, por ejemplo, que hago una media de treinta kilómetros diarios, puedo llegar a consumir hasta cinco mil kilocalorías.

En tu caso, con una dieta de entre dos mil y dos mil quinientas kilocalorías diarias, unida a un ejercicio físico de tres días a la semana, empezarás a experimentar resultados en nueve meses o un año.