CONTAGIANDO LA PRÁCTICA DEPORTIVA

CUANDO te pasa como a mí, que la pasión por el deporte, por el atletismo, es un motor importante en tu vida, al final sientes la necesidad de contagiar ese entusiasmo a tus seres queridos.

No es necesario que seas profesional para querer compartir con los tuyos no solo un rato de práctica deportiva como excusa para pasar un rato divertido en familia, sino un esfuerzo o un sufrimiento que os va a hacer crecer a todos.

El deporte te hace sentir que no eres uno más, una persona que solamente trabaja y se dedica a cumplir unos horarios, unas rutinas. Correr te aporta una serie de estímulos que te hacen sentirte vivo, con ganas de seguir haciendo cosas, de afrontar nuevo retos.

Al final, cuando alguien decide embarcarse en el mundo del running está deseando que alguien le acompañe, tener cómplices. Y no hay mejores cómplices que los miembros de tu familia. Es necesario engancharles, y enseñarles que el deporte les va a aportar valores básicos para la vida en cualquiera de sus aspectos.

Hay que enseñar a los hijos que el deporte es una preciosa afición que les va a ayudar a madurar. Pero también hay que enseñarles que hay que jugar con el deporte, que no hace falta ser campeón del mundo, sino que la práctica deportiva está abierta a todos. La disciplina, la confianza, la voluntad, la perseverancia, el compromiso y el trabajo en equipo son valores que enseñan a ser mejores en la sociedad.

La práctica deportiva también puede acarrear algunos problemas conyugales. Yo sé que no a todo el mundo le gusta practicar deporte, y que de entre los que sí disfrutan practicándolo necesitan tiempo para poder conciliar su vida familiar con sus aficiones. Es posible que cuando llegue el fin de semana le propongas a tu pareja que vas a salir a correr y te responda que deberías quedarte en casa y echar una mano. Lo cual es completamente comprensible.

Dado este supuesto, lo que yo planteo es que a la larga este tipo de imposiciones no son positivas. Como ya he comentado, la práctica deportiva es una gran ayuda para la salud mental, sirve como desahogo ante las cargas negativas que otras facetas de la vida te aportan. Por eso, considero que sería positivo que entrenases siempre que quisieses porque te liberará de las malas energías, y llegarás relajado a casa y con verdaderas ganas de colaborar.