DE VUELTA A CASA

«Un nuevo tipo de madre está emergiendo. Una madre que no es ni la tradicional ama de casa, ni la mujer trabajadora. Una madre que ha aprendido a poner la familia primero sin ponerse a sí misma la última. Una madre que tiene todas las posibilidades a su alcance y que por decisión propia ha decidido dejar total o parcialmente su empleo para explorar otras posibilidades...».

Hasta aquí, el manifiesto de la asociación Mothers At Home (Madres en casa), creada en 1984 por un grupo de mujeres americanas que, sin renunciar a las conquistas sociales de las últimas décadas, han optado voluntariamente por el regreso al «redil».

Linda Burton es una de sus fundadoras. Después de buscar afanosamente el sentido de la vida en su trabajo —como actriz y como relaciones públicas—, decidió probar con un hijo nada más cumplir los treinta. Y así, ante su sorpresa, descubrió de pronto «las enormes posibilidades de crecimiento personal y espiritual que ofrece el hogar».

«Nadie puede enseñarnos mejor quiénes somos que nuestros hijos —escribe Linda, coautora de What's a smart woman like you doing at home? (¿Qué hace en casa una mujer inteligente como tú?)—. Aprender con los niños es un reto constante, mucho más que el que nos ofrece la rutina de la oficina [...] Yo intento marcar la diferencia en el hogar, y en este sentido no creo que mi trabajo sea muy diferente del que hacía antes. Además, puedo seguir haciéndolo ocasionalmente desde casa, a tiempo parcial o por temporadas».

Linda trabaja también como voluntaria en Mothers At Home, organizando grupos de apoyo, dando conferencias o escribiendo en Welcome Home (Bienvenida a casa), la revista-bandera del movimiento. La asociación da trabajo permanente a decenas de madres que se prestan a cuidar de niños ajenos y ayuda a crear redes de intercambio en barrios y comunidades («hoy te cuido a tu niño, mañana me cuidas al mío»).

«El sentimiento de culpabilidad, por delante de las necesidades económicas, es el factor que más retrae a las mujeres cuando surge la posibilidad de volver a casa —dice la fundadora de Mothers At Home—. Nos han educado para hacernos creer que nuestra mayor contribución a la sociedad está fuera del hogar. Si renunciamos al trabajo, aunque sólo sea parcialmente, tenemos la sensación de estar desperdiciando nuestra vida. Nos sentimos incómodas por dejar a nuestros maridos todo el peso económico de la familia. Y luego está también la incomprensión por parte de otras mujeres, que nos critican por estar traicionando de alguna manera el espíritu de la revolución femenina».

«Posponer lo más posible la maternidad para consagrarnos a nuestra carrera parece lo más normal antes de pasar por la experiencia —añade Linda Burton—. Pero cuando los niños llegan, para revelarnos una nueva dimensión de la vida, es absurdo dejar en manos ajenas la recompensa. Nuestro gran descubrimiento ha sido ése: comprobar que la maternidad no es el callejón sin salida que nos habían dicho».

«Apostar por la familia no es renunciar al crecimiento personal», es el lema de Mothers At Home, que no abogan precisamente por rescatar el modelo de ama de casa sumisa y pasiva. El nuevo ideal es el de la «madre activa», dispuesta a trabajar desde el hogar, en horarios flexibles o en empleos estacionales (tres, cuatro o cinco meses al año) que le dejen tiempo y energías para indagar otros caminos, cultivarse a sí misma o dedicarle más tiempo a los suyos.

La vida simple
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