América
Por un lado se afirma que los felinos llegaron al Nuevo Mundo en los barcos capitaneados por Cristóbal Colón: en las embarcaciones era frecuente llevar gatos para evitar que los roedores se comieran la comida y el grano de las bodegas. Las embarcaciones en la Antigüedad contaban con numerosos gatos a bordo, no sólo como protección de sus víveres, sino además porque se tenía la certeza de que daban buena suerte. Esta creencia contribuyó a que se extendieran rápidamente por los distintos continentes.
Algunos yacimientos arqueológicos en Perú han evidenciado que el gato era ya venerado y domesticado en América antes de que llegara la expedición de Colón. Los restos son principalmente vasijas donde se aprecia dibujos de gatos que datan de antes de la civilización inca. Esta misma cultura veneró a los felinos como animales sagrados.