Características del gato como carnívoro estricto
- Cavidad oral: los gatos disponen de una dentadura especializada
para el consumo de la carne que le proporcionaban las presas
cazadas; unos dientes como los incisivos, los caninos prominentes,
y los molares y premolares con una particularidad que los
diferencia de los animales omnívoros: los gatos tienen menor número
de premolares y molares, y su constitución anatómica se ve exenta
de cúspides o coronas fisuradas, imagen característica de estas
piezas dentales en el caso de los omnívoros; al ser el gato un
animal carnívoro estricto, no necesita dichas estructuras.
Las mandíbulas de los gatos efectúan movimientos lateromediales (de uno a otro lado) y craneocaudales (de adelante atrás), pero movimientos limitados, lo que disminuye su capacidad para moler los alimentos; sin embargo la acción en tijera que proporcionan los dientes carniceros es fundamental para asestar los mordiscos en el cuello de sus presas; con este movimiento inmovilizan y matan a los animales que posteriormente consumirán.
Otro dato que configura al gato como carnívoro estricto, en lo que se refiere a su cavidad oral, es que su saliva no contiene amilasa; este compuesto es el responsable de iniciar la digestión de los almidones de los alimentos; en una alimentación carnívora estricta, este componente es innecesario.
- Olfato: la superficie de la mucosa olfativa del gato también es
muy superior a la nuestra… pero su capacidad olfativa es mucho
menor que la del perro; el gato llega a distinguir olores que
nosotros somos incapaces de percibir.
Lo más interesante de este sentido del olfato es su estrecha relación con el sentido del gusto: están muy relacionados por las posiciones anatómicas de la boca y de la nariz; las papilas gustativas de la lengua responden a los sabores… pero esta información recibida en la lengua también se transmite vía nerviosa al lóbulo olfatorio del cerebro.
Recordemos también el órgano vomeronasal o de «de Jacobsen», una estructura que permite «paladear» partículas gaseosas generalmente perceptibles por el olfato y no por el gusto.
- Gusto: el sentido del gusto se encuentra alojado en la cavidad
bucal y de forma más concreta en la lengua; ésta tienen unos
órganos receptores llamados papilas gustativas capaces de
identificar diferentes sabores, como los ácidos, los amargos, los
salados…
El gato tiene un casi exclusivo interés por los alimentos con altos contenidos de proteína y grasa, de olores penetrantes y con una combinación de texturas blandas y crujientes a una temperatura ideal entre los 34 y 36 grados.
- Estómago: debido al comportamiento alimentario del gato,
consistente en la ingestión de pequeñas cantidades de alimento
(presas o pienso) muchas veces al día, el estómago constituye un
reservorio de reducido tamaño si lo comparamos, por ejemplo, con el
del perro. El estómago de los felinos en definitiva podría
definirse como pequeño y de reducido fondo glandular.
Una característica de este órgano es la facilidad con la que puede expulsar su contenido al exterior (vómito); esta capacidad facilita la expulsión de las bolas de pelo que se forman tras el acicalamiento o también es útil para vomitar alimento que puede ser posteriormente ofrecido a las crías.
- Intestino: la longitud del intestino de los felinos, en
relación con el tamaño de su cuerpo, es mucho más corta que en el
caso de los omnívoros y de los herbívoros; esta característica
también guarda relación con el comportamiento alimentari o del
gato; el resto de especies, como el perro, pueden digerir variados
tipos de alimentos gracias a su mayor superficie de absorción; en
el caso del gato no es necesario un trayecto tan largo al sólo
tener que procesar una alimentación básicamente carnívora.
Finalmente, tanto el diminuto ciego como el corto colon de los gatos limitan su capacidad para fermentar y utilizar los almidones poco digestibles y la fibra en el intestino grueso; esto es así porque los gatos no necesitan ingerir este tipo de alimentos.
- Estructuras faciales: ojos adaptados a la caza (en la parte anterior de la cara y con gran movilidad y sensibilidad). El pelo fa cial táctil: favorece la caza nocturna.