Las vibrisas
Si nos atenemos a la definición de la Real Academia, podemos decir que las vibrisas son pelos rígidos más o menos largos que actúan como receptores táctiles, propios de gran número de mamíferos y que aparecen, aislados o formando grupos, en distintas partes de la cabeza y de los miembros, especialmente sobre los labios; por ejemplo, los bigotes del gato.
¡¡Efectivamente!!, las vibrisas son pelos, pero no unos pelos cualesquiera; estos «superpelos» están asociados a una glándula sebácea y disponen de un músculo propio para su control voluntario; los folículos pilosos de las vibrisas disponen de unos sinuosos vasos sanguíneos y de variados tipos de receptores nerviosos; no tienen una función de protección y cubierta del resto del organismo, las vibrisas han sido diseñadas para actuar como radares, como GPS que marcan la posición de todo aquello que rodea al felino con errores prácticamente despreciables.
Los bigotes son utilizados como radares con los que puede darse cuenta de lo que sucede a su alrededor: la temperatura, si hay alguien que se acerca, le ayuda mantener su posición en las caídas y durante la noche… Los bigotes le ayudan a «sentir» por dónde transita, le evitan tropezarse con las paredes, le ayudan a decidir sus movimientos.
Como podemos imaginarnos tras conocer las vibrisas, es importante no cortarlas… los animales que padecen el corte de estos pelos táctiles tendrán más dificultades para desenvolverse, estarán más desorientados hasta que vuelvan a crecer y necesitarán más apoyo de la vista.
También podemos decir que las vibrisas forman parte de los completos medios de comunicación del felino, que nos ayudan a conocer el estado de ánimo del animal: si está intranquilo, las coloca en forma de abanico; si está enfadado, las dirige hacia adelante; si está asustado, las pega hacia sus mejillas…
Los bigotes del gato, las vibrisas, no son un elemento decorativo, estamos ante un elemento fundamental para el mundo de relación del felino.
También existen otras vibrisas importantes en el gato: a ambos lados de la cara y bajo las orejas, en las cejas y en la parte posterior de las patas delanteras.