El Catnip, ¿un curioso juguete?
Algunos productos pueden provocar sensaciones positivas en los humanos: el chocolate, la tarta de manzana, ciertos perfumes…
Pero no todos estos alimentos o perfumes producen los mismos efectos en todos los individuos; ello es debido a que en cada individuo el cerebro reacciona de forma diferente a las mismas percepciones.
Quizá también por esta razón nos sea complicado entender el efecto del Catnip en los gatos.
Estamos hablando de una planta perenne de origen asiático: la Nepeta cataria, un miembro de la familia de la menta. Los romanos la utilizaron para cocinar y con fines curativos (nerviosismo, fiebres, problemas gastrointestinales…). Es un producto totalmente seguro para los gatos, aunque algunos lo definen como «adictivo», incluso de «efectos alucinógenos».
El Catnip contiene aceites, esteroles, ácidos y taninos volátiles. Los componentes químicos específicos incluyen la nepetalactona, el ácido nepetálico, el limoneno, el geraniol, la citronela y el ácido valeriánico, entre otros.
En la actualidad se desconoce cuál es el efecto exacto de este producto en el cerebro del gato, pero sí se sabe que la nepetalactona es la responsable de conductas estereotípicas en los gatos sensibles a dicho compuesto químico; podemos afirmar que la reacción al Catnip es heredad y se produce en el caso de estar presente en el animal un gen determinado; es por ello que no todos los gatos son sensibles a su acción (sólo dos tercios de los gatos reaccionan).
Los animales de menos de tres meses, los temerosos y los que sufren estrés, tampoco experimentan los efectos del Catnip o tienen efectos leves.
El Catnip puede causar una reacción asombrosa, ya que prácticamente «inunda» todos los sentidos del animal. El gato hace una primera aproximación, investiga… Con posterioridad comenzará con un contacto mediante la boca, las patas… Frotará su cara y su barbilla, rodará sobre sí mismo, pataleará encima, saltará alrededor, su piel se moverá compulsivamente y estará «como loco» durante varios minutos (entre cinco y quince, con mayor intensidad durante dos o tres minutos). Luego el gato perderá interés, ya que existe un periodo de «saciedad» que dura aproximadamente una hora… a continuación se alejará. Dos horas después del contacto, el gato puede volver y obtener la misma respuesta.
Se han descrito casos de animales que tras un uso prolongado pueden experimentar estados crónicos de inconsciencia parcial.