Higiene de ojos, boca, oídos
Unos oídos llenos de cera, incluso con heridas por un rascado exceisvo; una boca con mal olor en la que podemos ver, al levantar los labios, unos dientes llenos de sarro o encías enrojecidas; o unos ojos inflamados, lagrimosos, pueden ser síntomas de diversas enfermedades y son causa de gran malestar para el animal.
Algunas razas, como los persas y los similares, de tipo «braquicéfalo» (del griego, βραχυς, corta, y - céfalo, cabeza), son seleccionadas por los criadores para ser cada vez más «tipadas» (del inglés tipped, chato), llegando a tener una nariz plana entre los ojos.
Sin entrar en consideraciones estéticas, estos gatos, al igual que en las razas caninas chatas, como los bulldog o los pekineses, van a presentar una serie de p roblemas de salud producidos por esta deformación de las fosas nasales, que van a afectar tanto a los cornetes (dificultad del paso del aire) como a los conductos lagrimales (dificultad para evacuar las lágrimas).
¿Resultado?: animales con respiración dificultosa, con tendencia al ahogo y a los ronquidos, a la conjuntivitis y a la formación constante de legañas.
La limpieza rutinaria de ojos y aledaños con productos adecuados (recomendados por el profesional) conseguirá controlar estos problemas.
Los oídos con picor o producción excesiva de cera pueden deberse a la presencia de infecciones o de pequeños parásitos (sarna auricular); la limpieza rutinaria de los oídos con productos específicos recomendados por el profesional evitará más de un susto.
Y la boca… la boca es uno de los puntos débiles del gato: úlceras en la lengua por lesiones víricas, infecciones en las raíces de los dientes, acumulación de sarro, inflamaciones en las encías… enfermedades que producen dolor al comer, con lo que el gato rechazará la comida, provocando un mal estado sanitario deneral; el uso de alimento seco (pienso) será, junto con las revisiones periódicas en el veterinario, la mejor forma de mantener a raya las patologías bucales del felino.