Esta adivinación de tu figura[39],
esta impresión del alma que enternece
el cristal[40], esta sombra que parece
un recuerdo que sale en la espesura
donde están los recuerdos y apresura
al verlo el corazón, y que estremece
el mundo en una luz que crece y crece,
hasta donde el temblor no tiene altura,
comparación no admite con aquella
imagen que yo llevo dibujada
dentro del corazón en que te siento,
que donde va mi sangre va su huella,
y donde van mis ojos su mirada,
y donde va mi voz, pone su acento.