A JESÚS MARTÍNEZ LABRADOR, AMIGO[107]
El barro es tu palabra,
el barro se hace carne en tu palabra.
Con barro hablas, dices, cantas
música de tus dedos en el barro,
sacándole su son a cada uno,
su grito, su dolor, su miedo o pasmo,
haciéndolos mirada, gesto, oído,
dejándote tu alma en cada uno.
Humilde canta el barro,
amoroso responde, generoso,
al toque apenas leve,
sutil, con que tu mano le dice:
Responde, mira, escucha.
Misterio de lo inerte, de lo inerme,
nada inerte ni inerme
con mi soplo de amor.
El espíritu en vilo el amor lleva
de modo tal que le da vida
a lo que muerte parecía.
Todo lo mueve algo
que de no ser amor, no sería nada.
Tus dedos van diciendo, susurrándole
al barro: Mira, escucha, tiembla.
Muévete a compasión.
Amor sin compasión es barro inerte.
O no es amor aquello que mueve la materia?
Algo que si nombre no tiene siempre queda,
que destruido sigue si una vez existió.
Eso fue en el principio, algo
que gime, vibra o canta; nunca muere.
Como tu barro, que canta, gime, vibra.
Nunca muere; si no el viento de qué?
Eso fue en el principio, un algo
que al crear te hace suyo,
razón de ser de amor,
y torna la materia éxtasis en tus manos.