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CALMA Y ESPERA[122]
Dentro de mí estás, pueblo mío,
tanto como sobre los cerros en que te asientas,
por mí van tus calles pinas hacia los siglos
o extendidas hacia la vega
que te trae la labor y el pan de cada día.
Dentro de mí suenan repiques de campanas,
vuelvo la vista y tendida,
fría y extendida estás,
abierta al solano, edificada sobre el yeso.
Batanes sonaban,
misteriosas tenerías,
molinos y aguas corredoras,
menestrales y hortelanos,
zurradores con el trajín y el afán,
al paso lento de la yunta y la rueda
te ocuparon un día.
Una luz propia los amaneceres
te desnuda enterneciendo la sierra
y te devuelve con las primeras sombras
a los sueños de tus viejas piedras
y a los recuerdos de tus romances.
Pasos amados, polvo de mis gentes,
fueron ascuas a mis días,
hoy rescoldo cuando atardece.
Calma y espera
Si fuera bastante tranquilo
descansaría. Si la cancela al cerrarse
y el mundo de la fuente se entregara,
como el ansia a nosotros por las tardes,
aquéllas que se abrían inmensamente
y en melancolía nos sumergían,
igual que a la azucena la tiene
mayo en sus mañanas
y el fuego del rastrojo tiene al viento.
La vega, ahora entregada a las calores
de julio, se silencia. Girasoles
se tornan lentamente obedecidos
al calor que les urge. Todo pasa
serenamente. Descansa el campo
del trabajo invernal. Año tras año
los mismos y distintos, al misterioso
rodar, llamando la naturaleza.
Los mismos y distintos adelfares,
llenando susurrosos de colores
las ramblas agostadas. Todo calma y espera.
A eso estamos hechos. Y la llamada
persiste. Se nos pierde
tras la esquina la sombra, la figura,
la misma, el mismo acezar. Ella?
En todo lo nuestro estuvo siempre,
resumida en el brillar de los ojos
compasivos, en la huida
ligera a las colinas, los helechos
rojizos, la entrega a la hermosura.
Los brezales erguidos ocultaban
la entrega y la hermosura.
Alguien dentro susurra. Alguien presente
dice algo que túneles abre
interiores al misterio. Ya nadie espera.
El relente y las estrellas asomando
invitan a dejar sola la noche
y a nuestra soledad la desconsuelan.
Algunas veces
Cuando se tiene la palabra dentro
en que se encarnan aire y significado,
todo dentro es hervir confuso,
no resuelto temblor que bulle dentro,
tantos rescoldos que no rompen en llama,
tantos rotos cristales hirientes dentro,
que sólo la palabra resuelve en libertad,
algunas veces.
Algo dentro pide
su voz y pronunciarse. Una cadena
nos ata y nos dispone así a la angustia
de la libertad. Uncidos vamos
al tiempo, nuestra yunta,
la libertad y el tiempo uncidos.