Víctor Serge y la Cuarta Internacional[158]
2 de diciembre de 1938
Varios amigos nos preguntaron qué relación mantiene Víctor Serge con la Cuarta Internacional. Nos vemos obligados a responder que es la de un adversario. Desde que apareció, después de irse de la Unión Soviética, Víctor Serge no hizo más que cambiar de posición. Su posición política no se puede definir de otra manera que por su «mutabilidad». Sobre ningún punto presentó una sola propuesta, refutación o argumento claro o diferente. Sin embargo, apoyó invariablemente a todos los que se fueron de la Cuarta Internacional, ya sea hacia la derecha o hacia la izquierda.
Para sorpresa de todos, Víctor Serge declaró en una carta oficial que se unía al POUM, sin haber intentado responder a nuestra crítica de que es una organización centrista que jugó un rol miserable en la revolución española. Víctor Serge coqueteó con los anarco-sindicalistas españoles pese al papel traidor que cumplieron. Entre bambalinas apoyó a ese desgraciado héroe del sindicalismo de «izquierda», Sneevliet, sin decidirse a defender abiertamente la política sin principios del oportunista holandés. Simultáneamente, repitió en varias ocasiones que sus diferencias con nosotros eran «secundarias». Pero nunca contestó a la pregunta directa de por qué no colaboraba con la Cuarta Internacional en lugar de hacerlo con sus más rabiosos oponentes. Todo esto, tomado de conjunto privó a su «política» de consistencia y la transformó en una serie de combinaciones personales, sino de intrigas.
Si Víctor Serge todavía habla de su «simpatía» por la Cuarta Internacional, lo hace como Vereecken[159], Molinier, Sneevliet, Maslow, etcétera, que no tienen en mente a la verdadera Internacional sino a una mítica Internacional creada por su imaginación a su gusto y provecho, que sólo les es necesaria para disimular su política oportunista o aventurera. Nuestra Internacional no tiene nada en común con esa inexistente organización, y ni la sección rusa ni la Internacional de conjunto se responsabilizan por la política de Víctor Serge.