Sobre la historia de la Oposición de Izquierda[249]
Abril de 1939
Trotsky: El camarada James estudió este tema con la mayor atención y las numerosas anotaciones que hice son la evidencia del cuidado con que leí su memorándum. Para todos nuestros camaradas es importante conocer nuestro pasado, insistiendo sobre la claridad revolucionaria. En partes, el manuscrito es muy perspicaz, pero he notado en él el mismo defecto que en World Revolution —un libro muy bueno— la falta de enfoque dialéctico, un empirismo anglosajón y un formalismo que es sólo el reverso del empirismo.
C. L.R. James hace depender todo el enfoque del tema de una sola fecha, abril de 1924, cuando aparece la teoría de Stalin sobre el socialismo en un solo país. Pero la teoría apareció en octubre de 1924. Esto falsea toda la estructura.
En abril de 1924 no estaba claro si la revolución alemana iba hacia adelante o hacia atrás[250]. En noviembre de 1923 pedí que se retirara a todos los camaradas rusos que se encontraban en Alemania. Nuevos sectores podrían elevar la revolución a una etapa más alta. Por otra parte, la revolución podría declinar. Si ello ocurría, el primer paso de la reacción sería arrestar a los rusos como agentes extranjeros del caos. Stalin se opuso, a este pedido: «Usted siempre se apura demasiado. En agosto decía que la revolución estaba cerca; ahora dice que ya pasó». Yo no dije que ya había pasado sólo sugerí que se tomara esa medida de precaución. En el verano de 1924 Stalin se había convencido de que la revolución alemana estaba derrotada. Entonces les pidió a los profesores rojos que le encontraran alguna cita de Lenin para decirle al pueblo. Buscaron y encontraron dos o tres citas y Stalin cambió el pasaje de su libro. La revolución alemana tuvo más influencia sobre Stalin que Stalin sobre la revolución alemana. En 1923 todo el partido estaba afiebrado por la revolución que se venía. Stalin no se habría atrevido a oponerse a mí sobre esta cuestión en el Comité Central. La Oposición de Izquierda estaba demasiado a la vanguardia con respecto a esta cuestión.
James: Brandler fue a Moscú convencido del éxito de la revolución. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?
Trotsky: Tuve muchas entrevistas con Brandler. Me dijo que lo que lo estaba preocupando no era la toma del poder sino qué hacer después. Le dije, «Mire, Brandler, usted dice que las perspectivas son buenas, pero que la burguesía está en el poder, controla el estado, el ejército, la policía, etcétera. La cuestión es romper ese poder…». Brandler tomó muchas notas durante varias discusiones conmigo. Pero esta misma audacia suya era sólo una máscara de sus ocultos temores. No es fácil conducir una lucha contra la sociedad burguesa. Se fue a Chemnitz y allí se encontró con los líderes de la socialdemocracia, una colección de Brandlers en miniatura. En su discurso les comunicó sus temores secretos. Naturalmente, retrocedieron y este estado de ánimo derrotista se apoderó de los trabajadores.
En la Revolución Rusa de 1905 hubo en el soviet una discusión sobre si debíamos desafiar al poder zarista con una manifestación en el aniversario del Domingo Sangriento. Aún hoy no estoy seguro si era correcto o no hacerlo. El comité no podía decidir por lo que consultamos al soviet. Yo leí el discurso planteando las dos alternativas de manera objetiva, y el soviet decidió por abrumadora mayoría no hacer la manifestación. Pero estoy seguro de que si yo hubiera dicho que era necesario hacer la manifestación y hubiera hablado en este sentido, habríamos tenido una gran mayoría a nuestro favor. Lo mismo pasó con Brandler. Lo que hacía falta en Alemania en 1923 era un partido revolucionario…
Usted me acusa también de degeneración cuando cita a Fischer. ¿Pero por qué concedí esa entrevista? En la revolución siempre resulta atinado imputarle la responsabilidad al enemigo. Así, en 1917 me preguntaron en el soviet: «¿Los bolcheviques están preparando una insurrección?». ¿Qué podía decir? Dije, «No, estamos defendiendo la revolución, ¡pero si nos provocan…!». Lo mismo ocurrió aquí. Polonia y Francia estaban utilizando a los bolcheviques rusos como pretexto para preparar la intervención y los desplazamientos reaccionarios, Con el pleno consentimiento de los camaradas alemanes concedí esa entrevista, mientras los alemanes explicaban la situación a los trabajadores de su país. Entretanto, tenía un destacamento de caballería bajo la dirección de Dibenko listo en la frontera polaca[251].
James: ¿Usted no estaría de acuerdo con Víctor Serge en que la burocracia saboteó la revolución china; en otras palabras, que su actitud hacia la revolución china fue la misma que la que tomó hacia la española?
Trotsky: En absoluto. ¿Por qué habría de sabotearla? Yo estaba en un comité (con Chicherin, Voroshilov y algunos más) que se ocupaba de la revolución china[252]. Incluso se oponían a mi actitud, que consideraban pesimista, Estaban muy ansiosos de conseguir el éxito.
James: Por el éxito de la revolución democrático-burguesa. ¿Su oposición a la revolución proletaria no era la oposición de una burocracia que estaba preparada para apoyar una revolución democrático-burguesa, pero que por el mismo hecho de ser una burocracia no podía apoyar una revolución proletaria?
Trotsky: Formalismo. En 1917 teníamos el partido revolucionario más grande del mundo. En 1936 estranguló la revolución española. ¿Cómo se desarrolló de 1917 a 1936? Ésa es la cuestión. De acuerdo a su argumento, la degeneración habría comenzado en octubre de 1917. En mi opinión comenzó en los primeros años de la Nueva Política Económica[253]. Pero incluso en 1928 todo el partido aguardaba ansiosamente el éxito de la revolución china. Lo que ocurrió es que la burocracia adquirió ciertos hábitos burocráticos de pensamiento. Propuso frenar a los campesinos para no asustar a los generales. Pensó que eso empujaría a la burguesía hacia la izquierda. Veía al Kuomintang como un organismo de burócratas y pensaban que se podía poner a los comunistas en sus puestos y de esa manera cambiar el curso de los acontecimientos… ¿Y cómo explicaría usted el cambio que exigió una comuna en Cantón[254]?
James: Víctor Serge dice que sólo querían la comuna porque se iba a reunir el Sexto Congreso Mundial. «Aunque sólo fuera por un cuarto de hora».
Trotsky: Era más para el partido internamente que para la Internacional. El partido estaba excitado por la revolución china. Sólo durante 1923 se había llegado a un grado mayor de excitación.
No, usted quiere comenzar con la completa degeneración. Stalin y compañía creían genuinamente que la revolución china era una revolución democrática burguesa y trataban de establecer la dictadura del proletariado y el campesinado.
James: ¿Usted quiere decir que Stalin, Bujarin, Tomski[255], Rikov y el resto no entendieron el curso de la Revolución Rusa?
Trotsky: No lo entendieron. Participaron y los hechos los abrumaron. Su posición sobre China fue la misma que tuvieron en marzo de 1917 hasta que llegó Lenin. En sus diferentes escritos usted verá pasajes que muestran que nunca entendieron. Una forma diferente de existencia, sus hábitos burocráticos, afectaron su pensamiento y volvieron a su posición anterior. Incluso guardaron como una reliquia el programa de la Comintern: revolución proletaria para Alemania, dictadura del proletariado y el campesinado para los países coloniales, etcétera.
[El camarada Trotsky aquí pide a Van que consiga una copia del Programa de Reclutamiento y se lee el pasaje.] Yo lo critiqué en mi crítica al Programa de Reclutamiento (de la Internacional Comunista).
James: ¿Qué me dice de la declaración de Bujarin en 1925 en el sentido de que si estallaba la guerra los revolucionarios debían apoyar al bloque burgués-soviético?
Trotsky: Después del testamento de Lenin, Bujarin quiso demostrar que era un verdadero dialéctico[256]. Estudió a Hegel y en toda ocasión trataba de mostrar que era un realista. De ahí sus «enriqueceos», «socialismo a paso de caracol», etcétera[257]. Y no sólo Bujarin sino yo y todos nosotros en diferentes ocasiones escribimos cosas absurdas; se lo acepto.
James: ¿Y Alemania entre 1930 y 1933[258]?
Trotsky: No puedo aceptar que la política de la Internacional fuese sólo una materialización de las órdenes de Moscú. Es necesario ver la política como una totalidad, desde las perspectivas internas e internacionales, desde todos los ángulos. La política exterior de Moscú, y la orientación de la socialdemocracia hacia Ginebra, podían jugar un papel. Pero también estaba la necesidad de producir un cambio debido al desastroso efecto de la política anterior sobre el partido ruso. Después de todo, la burocracia trata con ciento sesenta millones de personas que han atravesado tres revoluciones. Lo que ellas digan y piensen se junta y clasifica. Stalin quería demostrar que él no era un menchevique. De ahí su violento vuelco hacia la izquierda. Debemos ver la cosa en su totalidad, en todos sus aspectos.
James: Pero Campbell, el stalinista británico, escribe que cuando a la delegación británica se le presentó en 1928 la teoría del social-fascismo se opuso a la idea, pero pronto la convencieron de que era correcta[259]…
[Se acordó continuar la discusión. Durante el intervalo el camarada James presentó un documento. Continúa la discusión.]
Trotsky: He leído su documento que solicita aclarar la posición: pero no la aclara. Usted afirma que acepta mi opinión de 1923, pero luego en el documento veo que usted realmente no la acepta… Me resulta extraño que en la cuestión negra usted haya sido tan realista y que en ésta se muestre tan antidialéctico[260]. (Sospecho que usted es sólo un poco oportunista en la cuestión negra, pero no estoy completamente seguro).
En 1924, la consigna de Stalin —«socialismo en un solo país»— correspondía al estado de ánimo de los intelectuales jóvenes sin experiencia, sin tradición…
Pero a despecho de eso, cuando Stalin quiso estrangular abiertamente la revolución española, tuvo que liquidar a miles de viejos bolcheviques[261]. La primer batalla partió de la discusión acerca de la revolución permanente, cuando la burocracia buscaba paz y tranquilidad[262]. Luego se agregó a esto la revolución alemana de 1923. Entonces Stalin ni siquiera se atrevía a enfrentarme abiertamente. Después supimos que le había escrito secretamente una carta a Bujarin diciendo que la revolución debía ser contenida. Luego, tras la derrota en Alemania, vino la lucha por la igualdad. Fue por la defensa de los privilegios de la burocracia que Stalin se convirtió en su líder indiscutido…
Rusia era un país atrasado. Estos dirigentes tenían concepciones marxistas pero después de Octubre volvieron pronto a sus viejas ideas. Voroshilov y otros solían preguntarme: ¿Pero cómo cree posible que las masas chinas, tan atrasadas, puedan establecer la dictadura del proletariado?
En Alemania esperaban un milagro para romperle el espinazo a la socialdemocracia; su política había fracasado completamente en su objetivo de separarla de las masas. De ahí ese nuevo intento por librarse de ella… Stalin esperaba que el Partido Comunista Alemán lograra una victoria y es absurdo pensar que disponía de un «plan» para permitir al fascismo llegar al poder. Es una divinización de Stalin.
James: Les hizo dejar de oponerse al Referéndum Rojo; le hizo decir a Remmele, «después de Hitler, nuestro turno»[263]; les hizo dejar de combatir a los fascistas en las calles.
Trotsky: «Después de Hitler, nuestro turno» fue una fanfarronada, una confesión de la bancarrota. Usted le presta demasiada atención.
Schuessler: Dejaron de pelear en las calles porque sus destacamentos eran pequeños destacamentos del PC. Buenos camaradas eran asesinados constantemente, y en tanto los obreros en su conjunto no participaban, desistieron de la acción. Fue parte de sus zigzags.
Trotsky: ¡Ahí está! Hicieron todo tipo de cosas. A veces incluso ofrecieron el frente único.
James: Duranty dijo en 1931 que ellos no querían la revolución en España[264].
Trotsky: No tome al pie de la letra lo que dice Duranty. Litvinov quería decir que ellos no eran responsables por lo que estaba sucediendo en España. Él no podía decirlo, por lo que se lo hizo decir a Duranty. Quizás, incluso, no querían que se los moleste con lo de España, teniendo dificultades en casa.
Pero debo decir que Stalin deseaba sinceramente el triunfo del Partido Comunista Alemán en 1930-1933…
Tampoco usted puede concebir a la Comintern como un mero instrumento de la política exterior de Stalin. En Francia, en 1934, el Partido Comunista pasó de ochenta mil afiliados a treinta mil. Era necesario darse una nueva política. No conocemos los archivos de la Comintern, qué correspondencia se intercambiaba, etcétera. Al mismo tiempo, Stalin buscaba una nueva política exterior. Por uno y otro lado tenemos estas tendencias que confluyen para producir el nuevo giro. Son aspectos diferentes del mismo proceso… El Partido Comunista Francés no es sólo una agencia de Moscú, sino que constituye una organización nacional con miembros en el parlamento, etcétera.
Todo eso, sin embargo, no es muy peligroso, aunque decir que toda nuestra propaganda ha carecido de sentido sea muy exagerado. Si así fuera, estaríamos en bancarrota. Mucho más peligroso es el enfoque sectario del Partido Laborista.
Ustedes dicen que yo propuse sin reservas[265] la consigna de Blum-Cachin. Recuerden entonces: «¡Todo el poder a los soviets!» y dicen que el frente único no era un soviet. Se trata del mismo enfoque sectario.
James: Hemos tenido dificultades en Inglaterra por apoyar a un gobierno laborista sin las reservas necesarias.
Trotsky: en toda nuestra prensa francesa, en nuestros archivos y en nuestra propaganda hicimos regularmente todas las reservas del caso. Vuestra falla en Inglaterra se debe a falta de habilidad; también a la falta de flexibilidad debida a la larga dominación del pensamiento burgués en el país. Yo les diría a los trabajadores ingleses: «Ustedes se niegan a aceptar mi opinión. Bien, quizás yo no la expliqué debidamente. Quizás ustedes sean estúpidos. De todos modos fallé. Pero ahora, ustedes creen en su partido. ¿Por que permitirle a Chamberlain tener el poder? Pongan a su partido en el poder. Yo los ayudaré todo lo que pueda. Sé que no harán lo que ustedes piensan, pero como ustedes no están de acuerdo conmigo y nosotros somos muy pequeños, yo los ayudaré a ponerlos en el poder». Pero es muy importante traer periódicamente a colación estas cuestiones. Yo sugeriría que escriban un artículo discutiendo estos puntos y que lo publiquen en nuestra prensa. (El camarada James está de acuerdo con la propuesta).