Una carta a C. Charles[596]
16 de agosto de 1940
Querido amigo Charles:
Se recibió todo. Utilizaré su testimonio sólo en caso de real necesidad, pero en tal ocasión será extremadamente útil.
El chaleco antibalas fue reverentemente admirado por todos. No hemos decidido aún en qué ocasión lo usaremos. De todos modos puede usarse en viajes. Por otra parte, dudo de su comodidad para usarlo mientras se duerme.
La sirena provocó aún más admiración. Es maravillosa en apariencia. No la probamos todavía porque no queremos provocar algún escándalo complementario, pues se nos dijo que se oiría hasta en Los Angeles. Yo, personalmente, lo considero una exageración. Sostuvimos una conversación con el camarada T y su hermana, que produjeron una buena impresión. Tendremos algunas charlas más con ellos.
Más de dos meses y medio de mi tiempo han estado casi exclusivamente dedicados a la investigación [del atentado del 24 de mayo]. Mañana presentaré al juez un memorándum extenso acerca de los stalinistas mexicanos, la GPU y la ayuda financiera a los agentes moscovitas, con testimonios de Ben Gitlow, Joseph Zack, Walter Krivitzky y Albert Goldman[597]. Espero que este memorándum no deje de causar efecto. Y ahora ansío volver a mi libro.
Nuestros más calurosos agradecimientos por los excepcionales regalos y nuestros saludos fraternales.
L. Trotsky