Consejo de tío[571]
1° de julio de 1940
Queridos sobrinos:
Recibí puntualmente sus cartas del 25 de mayo, pero no entendí el propósito práctico del mensaje que me envían. Se podría entender que ustedes desean reconciliarse con su padre y la familia toda. Por supuesto me encantaría servir de intermediario en un caso así. Pero ustedes deben entender que después de mis anteriores intentos, que terminaron tan lamentablemente por su culpa, soy diez veces más cauto que antes. Desgraciadamente, su carta no disipa mis dudas. Ustedes dicen que sacaron sus conclusiones de las experiencias, que estas experiencias no son posiblemente las mismas para todos pero que nada puede impedir que todos lleguen a las mismas conclusiones en el futuro. Esto es extremadamente vago. La familia de su padre tiene sus tradiciones, sus reglas de conducta, y está orgullosa de esas reglas y tradiciones. No creo que su padre esté dispuesto a cambiar sus métodos y concepciones como precio para reconciliarse con ustedes. Todo miembro de la familia tiene el derecho de proponer, de expresar sus ideas y de defenderlas. Sus padres son bastante tolerantes, pero si ustedes desean vivir y actuar con la familia deben ser leales a ella, especialmente ahora, en los trágicos tiempos en que nos toca vivir. Si ustedes sacaron esta conclusión del pasado, seria y definitivamente, no habría dificultades para una sincera reconciliación, y entonces me agradaría iniciar conversaciones directas con su padre sobre el caso; pero sólo bajo estas condiciones.
Que me crean que al actuar así me guían exclusivamente sus intereses y los de nuestra familia.
Con mis mejores deseos,
Tío León