PRÓLOGO
En la tercera parte de Los viajes de Gulliver, Gulliver visita el reino de Batnibarbi cuyos habitantes han caído presa de los ridículos proyectos fraguados por la Academia de Legado, la capital del reino. El resultado es una miseria generalizada. Como lo explica a Gulliver un desdichado noble de la localidad,
los profesores discurren nuevos métodos y reglas de agricultura y edificación y nuevos instrumentos y herramientas para todos los trabajos y manufacturas, con los que ellos responden que un hombre podrá hacer la tarea de diez, un palacio ser construido en una semana con tan duraderos materiales que subsista eternamente sin reparación, y todo fruto de la tierra llegar a madurez en la estación que nos cumpla elegir y producir cien veces más que en el presente, con otros innumerables felices ofrecimientos. El único inconveniente consiste en que todavía no se ha llevado ninguno de estos proyectos a la perfección; y, en tanto, los campos están asolados, las casas en ruinas y las gentes sin alimentos y sin vestido