El inocente título del libro pudo engañar a Pepys al comienzo, pero esto no fue excusa para que regresara menos de un mes más tarde, para comprarlo "en una encuademación simple (evitando comprarlo mejor encuadernado) pues resolví que tan pronto lo leyera, lo quemaría; sería una desgracia que alguien lo encontrara en la lista de mis libros o incluso entre ellos"[127]. El previsible climax se produce a la noche siguiente, después de que Pepys ha servido de anfitrión a un grupo de amigos:
Cantamos toda la noche y tomamos una buena provisión de vino; y cuando ellos se fueron, me dirigí a mi alcoba para leer L'escholle des filles, un libro obsceno pero que no me haría daño si lo leía por pura información (pero made mi verga stand todo el tiempo y dechargeronce) y después de que terminé de leerlo, lo quemé, pues por mi honra que aquello no debe ser incluido entre mis libros […]