Los capituladores de la Tercera Oleada[118]
Carta a un camarada ruso
22 de mayo de 1929
Estimado amigo:
1. Los últimos comunicados de la prensa informan que Preobrashenski llegó a Moscú para negociar con el Comité Central. No cabe la menor duda de que a estos capituladores y conciliadores de la tercera oleada los tratarán como a imbéciles. ¿De qué manera, distinta a la de Zinoviev, sueñan con participar en el partido? Zinoviev, marcado como capitulador, agacha la cabeza, tiene miedo de hacer el menor movimiento, no sabe qué esperar. Mientras tanto, nosotros nos preparamos activa aunque lentamente para el futuro, formamos cuadros bolcheviques jóvenes. ¿Qué posición entre nosotros y los zinovievistas piensan ocupar los nuevos capituladores? Es dudoso que ellos mismo lo tengan claro. Tendrán la esperanza de que Iaroslavski les lave el cerebro, para después salir arrastrándose del pantano y buscar un lugar seco, lo que de ninguna manera les dará más autoridad.
Dicen que prácticamente desaparecieron los desacuerdos. ¿Cómo explican la furiosa represión? Que se envíe a los bolcheviques al exilio y al trabajo forzado cuando no existen diferencias profundas e irreconciliables, sólo podría ser obra de bandidos burocráticos totalmente carentes de principios. Ésa es, según Radek y otros, la política de los stalinistas. Pero en ese caso, ¿cómo se atreven a sugerir un bloque con los bandidos políticos que, sin la menor causa principista, envían a nuestros camaradas a los trabajos forzados, los condenan al exilio y a veces a muerte?
Jamás hicimos la caracterización aniquilante e implacable de los stalinistas que hace Radek a pesar suyo, y sólo porque se perdió en un bosque de tres árboles sale arrastrándose, cae, vacila, trata de ponerse de pie y vuelve a caer. Pensábamos y pensamos aún que los stalinistas no son bandidos políticos irresponsables, porque su implacable persecución a nosotros está motivada por razones profundas y principistas. Hay que ser un mal político para hacer trizas una línea, sin preguntarse qué elementos la aplican y con qué motivo. Atrapados en un callejón económico sin salida, los cuadros stalinistas aprietan los dientes para efectuar un viraje a la izquierda que, por la fuerza de las circunstancias y de la propia lucha, es más profundo de lo que ellos mismos desean. El noventa por ciento de esos cuadros sueña con volver en la primera oportunidad a una política más «sana», más «normal», más «nacional», y nos odia a muerte precisamente porque nuestra actitud inflexible se lo impide. La capitulación de la Oposición significaría: a) autocondenarnos a llevar una vida vegetal zinovievista —la naturaleza no conoce un estado más vergonzoso— y b) un inmediato viraje a la derecha de los stalinistas.
2. Los problemas de la Comintern no les interesan en lo más mínimo a los partidarios de la capitulación «en un solo país». El programa de socialismo nacional de la Comintern no les quita el sueño. Con toda ligereza aceptan la política aventurera que, tanto en Berlín como en Cantón, busca devolverle al centrismo su reputación revolucionaria[119]. Mientras tanto, la persecución continua a la Oposición destruye implacablemente a los cuadros de la Comintern. La bota burocrática aplasta todo lo que cae debajo de ella. ¿Cómo remediar esta situación? Muy sencillo: capitulando ante la bota.
3. La revolución es una gran devoradora de hombres. De la vieja generación queda en la mayoría dominante un enorme porcentaje de almas en pena y un porcentaje no menos importante en la Oposición. La reacción está en plena marcha en el partido y en la Comintern, como reflejo de la nueva relación de fuerzas a escala internacional. En estas circunstancias, las retractaciones y capitulaciones se convierten, inevitablemente, en una norma. Entre 1907 y 1910, y nuevamente entre 1914 y 1917, el bolchevismo sufrió toda una serie de retractaciones, rupturas, capitulaciones individuales y en grupo. Sólo gracias a esa autolimpieza y autoclarificación pudo crecer y fortalecerse para la victoria de Octubre. El retiro de camaradas, aun de aquéllos cuyos nombres son más «respetables», no nos asusta en lo más mínimo utilizaremos el ejemplo de sus vacilaciones para inculcarle constancia a la juventud.
4. ¡Qué falsía lamentable y cobarde revelan los nuevos capituladores al aprobar las declaraciones de Iaroslavski sobre lo ilícito de nuestra utilización de la prensa burguesa! ¿Hacía falta caer en tamaña banalidad? A través de la agencia de noticias TASS, los stalinistas utilizan la prensa burguesa de todo el mundo para difundir una monstruosa calumnia en contra de nosotros, preparando gradualmente la justificación de sangrientas medidas represivas. ¡¿Que no osemos decir la verdad sobre nosotros mismos en esa misma prensa?! Los stalinistas negocian con la policía burguesa y la diplomacia reaccionaria para impedir nuestro ingreso a cualquier país. Obligan a los comunistas noruegos a liquidar, hombro a hombro con los reaccionarios, el derecho de asilo. Obligan a la prensa comunista oficial a acompañar este acto policial reaccionario con febriles persecuciones y calumnias, que ocupan columnas en las páginas de toda la prensa burguesa. ¡Y debemos permanecer en modesto silencio, en virtud de una resolución de 1905 que obedecía a las necesidades de un partido revolucionario, no a la obra reaccionaria de una burocracia termidoriana que nos ataca en santa alianza con la policía capitalista de toda Europa!
5. Es evidente que nos aguarda una perspectiva de lucha y trabajo educativo prolongados. Será necesario renovar nuestros cuadros. Que los que no estén a la altura de la tarea, la abandonen. Después de deambular y vacilar algunos volverán a nuestras filas. En el ínterin nos fortaleceremos. Tenemos que educar a una nueva generación en el espíritu de la inflexible intransigencia bolchevique. Además del trabajo entre las masas sobre la base de nuestra plataforma, debemos ampliar el trabajo educativo entre la juventud, sin dejar de esforzarnos aunque sea por un solo individuo. Es necesario profundizar el trabajo propagandístico a escala internacional. Todo bolchevique serio debe rodearse de gente joven a la que, día a día, iniciará en los problemas fundamentales del marxismo y de la revolución internacional.
6. En la actualidad estoy dedicado principalmente a la preparación de una serie de libros que serán publicados simultáneamente en varios idiomas. Este trabajo ocupa actualmente casi todo mi tiempo, y no me permite seguir de cerca los problemas del momento. Creo, no obstante, que es el método más económico. En lugar de abordar desde cero cada uno de los problemas, debemos sentar una base ideológica seria y publicar los trabajos y documentos más importantes de la Oposición para que sirvan de referencia en el futuro.
Este trabajo sirve para proteger la herencia de la ideología marxista del bolchevismo frente al revisionismo, la calumnia y la vacilación irresponsable. Las épocas de reacción sirven siempre para profundizar la teoría.
7. Es poco lo que puedo informarle sobre las oposiciones europea y norteamericana. Estamos ante una gigantesca tarea colectiva de autoclarificación teórica y reagrupamiento de fuerzas en cada país y a escala internacional. Con ese fin tenemos el proyecto de publicar un boletín internacional, que luego deberá convertirse en un periódico que aparezca en varios idiomas.