Radek y la prensa burguesa[218]
Septiembre de 1929
Está más allá de toda discusión el hecho de que un revolucionario proletario escriba para la prensa burguesa como excepción y no como norma, y que esa excepción debe estar plenamente justificada por la importancia de las circunstancias. Sin embargo, es necesario agregar inmediatamente: pocas veces en la historia de la lucha revolucionaria se dieron circunstancias más excepcionales que aquellas que llevaron al camarada Trotsky a relatar en la prensa burguesa cómo fue exiliado, por qué razón, las relaciones de la Oposición con el gobierno soviético, etcétera.
Hoy Radek se ofrece voluntariamente para ayudar a Iaroslavski a repudiar la colaboración con la prensa burguesa. No nos detendremos en los abundantes ejemplos del pasado; recordaremos un solo episodio breve que tuvo lugar en el comienzo, cuando el camarada Trotsky iba a ser trasladado de Moscú a Alma-Ata. Radek, al que siempre le gustó moverse en el mundo de los periodistas burgueses, fue a ver al camarada Trotsky para proponerle que escribiera un artículo con las posiciones de la Oposición y los motivos de su deportación para el señor Scheffer, corresponsal del Berliner Tageblatt [Diario de Berlín]. Los líderes de la Oposición discutieron la propuesta y se resolvió por unanimidad que Radek debía traer a Scheffer al departamento del camarada Trotsky, quien le entregó su declaración al corresponsal alemán. En principio, no existe la menor diferencia entre ese episodio y el manifiesto para la prensa burguesa escrito un año después por el camarada Trotsky en Constantinopla. Más aún: si era lícito utilizar a un periodista burgués alemán en 1928, es diez veces más lícito utilizar una agencia norteamericana en 1929.
Pero el meollo del problema es éste: en 1928 Radek iba a la zaga de la Oposición; en 1929 se deja arrastrar por Iaroslavski.