Algunas consecuencias del conflicto sino-soviético[313]
3 de enero de 1930
1. Como es sabido, la última etapa del conflicto reveló la total impotencia militar del actual gobierno chino. Este hecho demuestra claramente que, a diferencia de lo que piensan Louzon[314], Urbahns y demás, en China no hubo una revolución burguesa victoriosa, porque en este caso se hubieran consolidado el ejército y el estado. En China hubo una contrarrevolución triunfante, dirigida contra la abrumadora mayoría de la nación y, por consiguiente, incapaz de crear un ejército.
2. Al mismo tiempo revela de manera tajante la incoherencia de la política menchevique de Stalin-Martinov[315], que desde 1924 se basa en el supuesto de que la burguesía «nacional» china puede dirigir la revolución. En realidad, la burguesía, apoyada políticamente por la Comintern y materialmente por el imperialismo, sólo fue capaz de aplastar la revolución y reducir el estado chino a la impotencia total.
El conflicto sino-soviético reveló, en su etapa militar, la tremenda superioridad de la revolución proletaria [rusa], debilitada por la política funesta de la dirección de los últimos años, sobre la contrarrevolución burguesa [china], que disponía de un importante apoyo diplomático y militar imperialista.
4. La victoria de la Revolución de Octubre sobre la contrarrevolución de abril (el golpe de Chiang Kai-shek de abril de 1927[316]) en modo alguno puede considerarse un triunfo de la política de Stalin. Por el contrario, esa política ha sufrido una serie de graves derrotas. Chiang Kai-shek recompensó a Stalin por los servicios prestados adueñándose del ferrocarril. Stalin se jugó posteriormente a favor de la alianza con Feng Yu-siang, con resultados igualmente desastrosos[317]. Después de abril de 1927 la Oposición se pronunció en contra del bloque aventurerista con Feng Yu-siang contra Chiang Kai-shek, con la misma energía con que había protestado contra el bloque Stalin-Chiang.
5. Olvidando todos los principios, Stalin apostó al Pacto Kellog —y nuevamente perdió—[318] cuando el gobierno soviético suscribió el pacto del imperialismo norteamericano, capitulación que resultó tan vergonzosa como inoperante. Al firmar el pacto, ese supuesto instrumento de paz, Stalin ayudó al gobierno norteamericano a engañar a las masas trabajadoras de Norteamérica y Europa. ¿Con qué fin suscribió el pacto? Obviamente, para ganarse la buena voluntad de Estados Unidos y acelerar el proceso de reconocimiento diplomático. Como era de prever, esto no sucedió, ya que el gobierno norteamericano no tenía por qué pagar un regalo. Basándose en el Pacto Kellogg, Nueva York aprovechó la primera oportunidad que se le presentó para desempeñar el papel de protector de la China frente a la república soviética. Moscú se vio obligada a responder enérgicamente, lo que fue correcto e inevitable. Pero esta actitud frente al intento del gobierno norteamericano de intervenir demuestra la forma criminal e irresponsable en que actuó Stalin al firmar el Pacto Kellog.
6. Todavía está planteado el problema del destacamento comunista revolucionario al mando de Chu Te[319]. Pravda publicó un artículo al respecto cuando el conflicto estaba por entrar en su etapa militar. Después, no supimos nada más sobre estos obreros y campesinos chinos, a los que alguien envió a la lucha armada invocando la bandera del comunismo. ¿Con qué objetivo se los envió a la lucha? ¿Qué papel jugó el partido? ¿Cuál era el futuro de este destacamento? Y, por último, ¿en qué trastienda se resuelven estos problemas?
Respecto de este último punto, tan importante como todos los demás, no puede hacerse por el momento el balance definitivo. Pero todo demuestra que el aventurerismo burocrático, fue siempre responsable de haber debilitado la revolución china y agotado sus reservas.